Cola de caballo.

Equisetum.

«El empleo de la cola de caballo en Medicina es muy antiguo, y ya Dioscórides la recomendó para «detener las hemorragias, favorecer la diuresis y cicatrizar las llagas de la vejiga y el intestino, Plinio la utilizaba para cicatrizar los tejidos, mientras que Galeno la empleaba, siguiendo las prescripciones de Dioscórides, como un hemostático eficaz.
También se conocía esta planta en la antigua medicina árabe, y ya El Edrissy preparaba sus apocemas con ella, utilizándola como tónico eficaz en casos de alteraciones hepáticas». también «Los indios cheroquis usaban la infusión para aliviar los problemas de riñón; los chippewa ojibwe usaban la decocción de los vástagos para tratar la cistitis; los okanagan colville los preparaban en infusión y los empleaban como fármaco diurético y los potawatomi, para el «apuro de vejiga».

Actualmente La cola de caballo es una planta que se utiliza para disminuir la «retención de líquidos” (edema), para los cálculos renales y de vejiga, las infecciones del tracto urinario, la incapacidad para controlar la orina (incontinencia) y para trastornos generales de los riñones y de la vejiga.

También se utiliza para la calvicie, las uñas quebradizas, la tuberculosis, raquitismo, la ictericia, la hepatitis, las enfermedades articulares, la gota, la artrosis, la osteoporosis, la pérdida de peso, para los sangrados menstruales prolongados, las hemorragias nasales. La cola de caballo se utiliza en tratamientos tópicos de heridas y quemaduras. Es sedante y anticonvulsivo.

Tiene acción sobre los huesos y la regeneración del tejido conectivo y se cree que puede deberse al ácido silícico.

Es remineralizante y esto se debe principalmente a la presencia de silicio, potasio, fósforo y calcio en grandes cantidades. Por ser remineralizante también ayuda a sanar las fracturas.

Fitoquímica: flavonoides, saponinas, taninos.

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